mayo 22, 2006

Las mentiras de Enrique

En el delirante programa Cuarto Milenio del domingo 22, (emisión semanal especializada en el refriteo de las paranormalides de ayer, cobradas a precio de hoy, que, como todo mundo sabe, tiene principalmente por objeto promover la venta de los productos de Íker Jiménez, de su esposa y de sus amiguitos del mundo del embuste con taxímetro), se refriteó el caso del famoso ilusionista israelí Uri Geller, que le vio la cara a muchísimas personas y que fue apoyado por muchísimos otros que viven de verle la cara a muchísimas personas.

Carmen Romano de López Portillo,
esposa del presidente de México en
1976, año en que Uri Geller visitó
México y obtuvo su misterioso
pasaporte mexicano.
(Foto GFDL Revista Proceso,
vía Wikimedia Commons)
La actitud de Jiménez, ese estudiado falso asombro ante lo que, quiere hacer creer al público, viene a descubrir ahora (ese mismo asombro que expresó cuando se desenmascaró el embuste de las niñas fantasmas de Navalperal, igual de mal actuado), y su eterna sugerencia de que "de todos modos hay algo" son parte conocida de su negocio, tan conocida de hecho que se ha vuelto parte del pitorreo nacional español, con un programa que una vez por semana pone en evidencia la manipulación y el falso misterio, por no decir las patadas a la lógica, que nos regala Ikercito. Por supuesto, Jiménez se guarda muchísimo de mencionar a críticos de Geller que no sean creyentes en lo paranormal, especialmente el mago y promotor educativo James Randi, de cuya existencia Íker al menos debe estar enterado, ya que en uno de sus montajes esquizoides durante el programa aparecía claramente la portada del libro The truth about Uri Geller, origen de varias demandas de Geller contra el autor y la editorial del libro, todas las cuales perdió el embustero israelí.

Lo más interesante fue la presencia de Ramos Perera, un creyente en la parapsicología que tiene la enorme ventaja de no comulgar con ruedas de molino, de no cegarse por sus creencias y, evidentemente, de no ocuparse de forrarse las cuentas bancarias con el asunto como sí lo hacen Íker Jiménez y el personaje sentado a la izquierda de Ramos Perera, el cada vez más siniestro y desvergonzado Enrique de Vicente, cuya asombrosa facilidad para la mentira sólo puede ser producto de una larga práctica tenaz y cotidiana, de alto rendimiento.

Ramos Perera no es precisamente popular en el mundo del embuste parapsicológico, por lo antes dicho. Es otro autoproclamado parapsicólogo y presidente de la Sociedad Española de Parapsicología (no confundir con la SEIP-AEIP-SEIPYPSEIP) pero con bastante seso y la elemental honestidad necesarios para reconocer, sin más, que las primeras caras de Bélmez tenían un origen pedestre y estaban pintadas o repintadas. Es también uno de quienes desenmascaró las patrañas de Uri Geller (aunque para ello, en el programa, haya revelado trucos de ilusionismo, cosa que siempre es criticable porque afecta a profesionales honrados del espectáculo).

En fin, es obvio por qué a Ramos Perera no lo invitan a los cobraderos televisuales con la asiduidad reservada a otros.

Quien realmente se desparramó por los suelos, con evidente desagrado ante la forma en que Ramos Perera mostraba cómo Geller le vio la cara de idiota fue Enrique de Vicente, quien procedió a soltar varias mentiras con su inimitable estilo de hablar rapidito y pontificando.

Verá usted: en sus libros, Uri Geller cuenta historias sin fin en las que él es el héroe (o podría serlo: si le dejan hablar en la inauguración de unos juegos olímpicos, dice, acabará con todas las guerras), y una de ellas es que en México ayudó "psíquicamente" a la empresa estatal Petróleos Mexicanos a encontrar una serie de yacimientos petrolíferos en el sureste mexicano. Estas afirmaciones de Geller no están sustentadas en documentación alguna hasta la fecha, pero si usted va y les preguna a los geólogos del Instituto Mexicano del Petróleo, le dirán que esos yacimientos ya eran conocidos mucho antes de que Geller aterrizara en México en 1976, y que los geólogos no necesitan psíquicos ni chupaflautas para encontrar petróleo.

Geller recibió, sí, un pasaporte mexicano, que él asegura que se le concedió por sus descubrimientos petroleros, aunque hay datos de que el motivo del pasaporte fue otro y tuvo que ver con la entonces esposa de López Portillo, Carmen Romano, a la que Geller describe como una mujer muy exótica y bella, y que fue parte de un sexenio de frivolidades, escándalos sexuales, delirio y entrega de la nación por parte de unos desvergonzados de niveles tales que Geller no desentonaba en su compañía.

Sólo a modo de ejemplo, porque el asunto fue importante en la política mexicana, entre otras muchas fuentes La Revista Peninsular nos dice: Pervertida la moral familiar, la Primera Dama —Carmen Romano— siguió los mismos pasos de su marido para acrecentar el escándalo. Muchos son los romances que le atribuyen a quien fuera esposa del entonces presidente. El más evidente de todos ellos, sin duda alguna, fue el que mantuvo con Uri Geller, un parapsicólogo israelí que visitó México en aquellos años. Igualmente, el 24 de mayo de 2005, en la revista Ahí (donde quien esto escribe colaboró durante varios años), Gustavo Cortés Campa relataba: En Gobernación se hizo un trámite de menos de 40 de minutos, en el que se concedió la nacionalidad mexicana al mago israelí Uri Geller y se le proporcionó automáticamente pasaporte mexicano. Eran órdenes tajantes de doña Carmen Romano de López Portillo. Y en el sitio México.com también recuerda que ... la “primera dama”, Carmen Romano, sabía de las infidelidades de su marido. Ella, claro, estaba demasiado ocupada en sus escarceos espiritistas al lado de Uri Geller.

Después de que Geller fue exhibido como un farsante, después de que sus demandas contra sus críticos fracasaron y después de que fuera evidente que sólo los verdaderos creyentes y los verdaderos comerciantes de patrañas estaban interesados en él, Geller produjo el mito de que sus millones eran producto de compañías mineras y petroleras misteriosas que lo "contrataban" y de los yacimientos misteriosos que él encuentra con sus "poderes", sin dar (como es habitual en tan distinguido mamarracho) ni una prueba ni documento al respecto.

Pero lo que le urgía a Enrique de Vicente era poder afirmar que Geller "sólo" mintió doblando cucharas, lo que indica que Geller, según este cobradorazo del misterio, no mintió cuando dijo haber convertido metales viles en oro (o al menos cambiarles el color), cuando dijo haber inventado un teléfono mágico que cambiaría las comunicaciones en el mundo (eso fue hace diez años, y nada), en sus comunicaciones con los extraterrestres y en las demás barbaridades que ha expelido por esa boquita década tras década.

Y que no se fuera a mencionar, claro, que Geller perdió las demandas esenciales contra James Randi, CSICOP y Prometheus Books, que le acabaron costando más de 140 mil dólares en pago a los falsamente demandados, además del costo de sus propios abogados (ojo, Pedro Amorós).

Así, Enrique de Vicente se despeñó por el feo camino de la mentira. Sugiriendo que, como Geller cobraba un caché pequeño por sus actuaciones en los 70, el origen de la fortuna del farsante israelí no podía estar allí.

De entrada, De Vicente olvida fuentes de ingresos de Geller, como la película Mindbender, en la que Geller no cobró en cuentas de vidrio, precisamente, por no señalar lo que gana con actividades tan viles y bajunas como depredar niños enfermos asegurando que los hace "mejorar" como sanador, sus bien cobrados libros malísimos como la novela Ella y las mil empresas chapuceras en las que ha estado metido Geller desde que ya nadie quería contratarlo para verlo hacer trucos de ilusionismo disfrazados de hazañas psíquicas: por 200 libras, lo convierte a uno en sanador; por varios miles, le da una conferencia; por entre 17 y 153 libras, le vende su "joyería mística de cristales"; por alguna pasta, participa cada semana en el programa de radio Doug Stephan's "Good Day", y la cantidad de artículos de su tienda online es aturrullante. Vaya, actividades comunes a todo consultor de mineras y petroleras, ¿no cree usted?

Pero Enrique de Vicente tuvo el colosal morro de asegurar que Geller es "multimillonario" no por esta cobradera de todo tipo de embustes de los que nunca da pruebas, sino por tener "contratos con petroleras" que están "documentados", que ha encontrado "yacimientos ocultos" e incluso habló de que está "documentado" que encontró petróleo para una empresa petrolera que presidía el marido presuntamente cornudo de Carmen Romano, el presidente López Portillo, y que había recibido una comisión concreta por ello.

Como Pemex es una empresa estatal que nunca presidió López Portillo (fue director de la Comisión Federal de Electricidad, nunca de Pemex) y como el propio Geller asegura en su autobiografía que nunca recibió comisión alguna por el petróleo que miente diciendo que descubrió para México, he procedido a enviar el siguiente correo a Enrique de Vicente a su dirección de contacto de la editorial, con objeto de determinar si es, como yo afirmo, un sinvergüenza capaz de soltar cualquier mentira para cuidar su fuente de ingresos o si yo, por mi parte, no tengo idea ni de lo que pasó en mi país en los años en los que comenzaba mi andadura periodística:
Señor De Vicente,

En el programa "Cuarto Milenio" del 21 de mayo usted declaró que hay "documentación" amplia que indica que Uri Geller ha sido contratado por empresas petroleras para encontrar petróleo en "yacimientos ocultos". Ésta es una afirmación que efectivamente ha realizado Uri Geller en numerosas ocasiones, pero hasta donde sé, nunca ha sido documentada antes.

Igualmente, usted afirmó que está "documentado" que una de tales empresas petroleras era presidida por José López Portillo y Rojas, presidente de México de 1976 a 1982 y, curiosamente, conocido por su proclividad a la creencia en muy diversas supersticiones, además de los niveles brutales de corrupción alcanzados durante su período presidencial.

Por la presente me permito solicitarle de la manera más atenta sea tan gentil de aportar los datos precisos, los documentos que usted afirma que existen, sobre los contratos de Uri Geller con las compañías petroleras en cuestión, incluidos, claro, los nombres de tales compañías y los yacimientos "ocultos" hallados por Uri Geller que le han permitido obtener la fortuna a la que usted hace referencia. De manera muy especial, es de mi interés, como periodista hispanomexicano, conocer el nombre de la empresa petrolera que presidiera José López Portillo, los contratos establecidos con Geller, sus fechas y las cláusulas que establecen las comisiones a las que usted hizo referencia.

Estos datos no sólo son importantes por cuanto a la actividad a la que usted se dedica, sino que tienen relevancia en la historia de mi país de origen y en la situación petrolera actual, por lo que es indispensable darles la mayor divulgación posible. Puedo asegurarle que en todo momento le daré el crédito correspondiente como fuente de tan importantes documentos.

Atentamente,
Mauricio-José Schwarz
(siguen mi DNI y la dirección de mi abogada)

Pasado un tiempo prudente, o me manda los documentos y los publico, o Enrique de Vicente pasará a formar parte de "La persistencia de la memoria, que diría Dalí". Sería interesante hacer una quiniela al respecto: ¿usted cree que De Vicente tenga los documentos y los entregue o se quedará tan contento con su mentira sin darme bola, como nunca se la ha dado a los críticos de su negocio de falsedades?

mayo 07, 2006

Pregunta al SEIP o SEIPYP o eso...

Me preguntan si el SEIP (en realidad AEIP, según las denuncias publicadas sobre su ilegalidad), que anunció el 16 de febrero su "reestructuración", incluso pidiendo que sus adeptos les hicieran un nuevo "escudo" gratis (los logotipos no bastan para organizaciones como ésa) sigue o no existiendo.

Cierto que tal club de incondicionales de Pedro Amorós Sogorb, el hombre de las mil caras durísimas, el ingeniero que nunca fue, ha estado sufriendo numerosas tempestades.

Primero, lo de las nuevas Caras de Bélmez® no cuajó del todo, porque al final sólo creen en ellas los amorosianos y la alcaldesa de Bélmez, y para remate sirvieron para que, según las malas lenguas, Bruno Cardeñosa (el bobo de guardia del ocultismo hispano) azuzara a Amorós a lanzarse de cabeza a una demanda que todo parece indicar que va a perder de mala manera.

Después vinieron las disensiones internas en la sociedad, la censura como ejercicio cotidiano en sus foros, que acabaron cerrando para acallar los desacuerdos en su seno, sobre todo las desconfianzas por eso de los dineros, asunto que siembra tempestades y cosecha unos broncazos de antología.

Luego tuvimos la moneda lanzada (dicen las malas lenguas) por another Pedro ante las cámaras del SEIP o AEIP o YEPYEP en grabación privada que fue transmitida por TNT como si la hubieran filmado las cámaras de Tele5 con reporteroide y todo, con el ridículo consiguiente de los asociados y del programilla en cuestión.

Después, un intento de blog malalechoso y cobardonamente anónimo (¡sorpresa!) que otra vez las malas lenguas le atribuyen en particular a dos destacadísimos seiperos summa cum laude y que Blogger les cerró por injurioso y ofensivo (y era cutre y sin humor, que es todavía peor).

Para acabarla de zumbar, el propio Íker Jiménez, que no dudó en firmar un libro sobre las "nuevas caras" para arrimar al ascua una de sus muchísimas sardinas (al parecer el muchacho tiene piscifactoría con detector de ascuas integrado), optó por desmarcarse del despropósito belmeciano y en vez de pagar, como ofreció, los análisis de las muestras que se maltomaron de las caras hace ya 17 meses (esos análisis que dicen que quizá la hipótesis del aceite no era correcta, sino que las caras están confeccionadas a lápiz, o algo así), parece que se prepara para darles un palo por poco creíbles, que es como si Berlusconi se quejara de que Aznar es de derecha. Pero como Íker tiene que parecer escéptico a toda velocidad, perseguido de cerca por tres niñas terribles, no sería raro que decidiera sacrificar a su examigo en el altar de su egoteca.

Así, lo de la "reestructuración" tenía sentido, si aceptamos llamarle así a recoger los restos del naufragio.

Pero resulta que el pasado día 21 de abril (ayer, como quien dice) se ha inscrito en el Registro Nacional de Asociaciones la "Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas y Paracientíficas SEIP", es decir, la SEIPYPSEIP, con sede en San Vicente del Raspeig, Alicante, localidad famosa por ser el centro de operaciones de Pedro Amorós Sogorb y su banda (probablemente algún día se rebautice como San Pedrusco del ReSEIP).



Y me preguntan a mí (será porque yo sí contesto, a diferencia de la H. Directiva Intergaláctica del club en cuestión) si esto significa que la SEIP desaparece y los miembros anteriores (sobre todo los que cascaron los billetes a cambio de su reluciente carné, utilísimo para limpiarse las uñas, según testimonios de primera mano) se quedan colgados de la brocha mientras los grandes jefazos huyen con la escalera, o si los van a apuntar obligatoriamente en la nueva asociación con nuevos estatutos que no conocen, o de qué va esta vaina.

Y también me preguntan si no será un truco sucio de los superdetractorazazazos que Amorós cree que lo persiguen, y que han fundado la SEIPYPSEIP para desprestigiar a la SEIP o a sus miembros, lo cual francamente sería como echarle un vaso de agua al mar esperando mojarlo más.

Yo me decanto por la hipótesis de que la SEIPYPSEIP es otra organización de Pedro Amorós Sogorb, hecha por Pedro Amorós Sogorb para Pedro Amorós Sogorb, pero obviamente no sé qué va a pasar con los miembros anteriores, con los creyentes, seguidores, defensores y demás, ni por qué se hizo la simulación de la reestructuración ni sabía que los portadores de los carnés en cuestión no estaban enterados de esta acción fundacional.

En todo caso, y esperando que Pedro le responda a los suyos, yo, para que se vea que no tengo malos deseos pese a ser tan detractorsísimo que Pedro hacía ejercicios de odio contra mí en sus comilonas en Bélmez, que todo se sabe, Pedrín, le deseo cordialmente que con este nuevo chiringuito meta menos la pata, sea menos desvergonzado, cuente menos mentiras y sea más discreto a la hora de cobrar que con su anterior negociete AEIP-SEIP-PIPIPI. Y, sobre todo, le deseo que no venda estupideces que ponen en peligro la salud de sus víctimas, porque no es lo mismo contar que uno habla con los muertos (la tía Soponcia hablaba hasta hace poco con el tío Wagner pese a que éste había muerto en la batalla de Zacatecas, durante la revolución mexicana, combatiendo al lado de mi general Villa) que decirle a la gente que con un CD cutre se va a curar de la depresión, de dolores, de problemas de conducta o de alergias.

Anda Pedro, demuéstrale a esos detractores (a esos impíos escépticos de los c... totototín totínto..) que puedes pasar una temporadita sin decir mentiras.

Claro, si me metiera en asuntos de asociaciones a las que no pertenezco, les desearía que ésta sí fuera democrática, ya sabe usted, con elecciones y rendimiento de cuentas en asambleas anuales y todo eso que dice la ley, pero ése es asunto de ellos, claro.

Ahora sí, al menos Pedro Amorós Sogorb tendrá una asociación menos raspada y desprestigiada por si quisiera (es un decir, a nadie en sus cabales se le ocurriría), pero si quisiera, decía, descubrir una tercera casa con caras paranormales en la cual se pudiera aplicar la tecnología fasciogénica ensayada en las dos anteriores. O si pretendiera emprender alguna andadura de carácter empresarial en los medios de comunicación que le atraiga más de los 13 euros del CD que conformó su anterior cuentazo desvergonzado.

Si todo falla y el destino (y el desprestigio) los alcanza, ya habrá tiempo de fundar la "Sociedad Española de Investigación Precisa de las Sociedades Españolas de Investigaciones Parapsicológicas, de Estudios Parapsíquicos y de Paraciencias Investigativas SEIPyPSEIP", es decir, la SEIPSEIPEPYPISEIP.

Algo me dice que las preguntas que me han hecho son el tipo de cosas que nos enseñan mucho sobre el negocio del misterio de saldo y la forma en que depreda a los creyentes, los que menos culpa tienen, pero que son los que financian a los charlatanes, las verdaderas víctimas de este negocio (y luego dicen que uno va contra los creyentes, y no).

mayo 05, 2006

Del grial y las rectificaciones fallidas

En El retorno de los charlatanes publiqué lo siguiente el 28 de febrero de 2005:

Lo que ciertamente no es [el grial] es algo como lo que se describe en el siguiente trozo de oratez: ... el Grial fue el recipiente utilizado por Cristo durante la Última Cena, tallado, tal como lo refiere la tradición griálica, sobre una esmeralda que se desprendió de la corona que portaba Lucifer sobre la frente y que se desprendió en el momento de su caída a los Infiernos, al ser derrotado por el arcángel Miguel. Resulta significativo que antes de su caída, según la Kabala, Lucifer era el ángel de Kether, la corona, la primera de la séfiras, cuyo nombre hebreo sería Ha-Kathriel y su valor numérico 666.

Vaya, mayor colección de majaderías en tan breve espacio sólo puede encontrarse en las páginas de publicaciones como Más allá (de la razón) de donde extrajimos este parrafillo.

Ahora recibo en el correo de este blog el siguiente mensaje, con el asunto "Rectificación" y procedente de alguien que afirma llamarse "Justo A. Navarro", referido al párrafo arriba reproducido.

Estimado Sr.: en el blog "el retorno de los charlatanes", bajo el título "Pero ¿qué es eso del grial y de dónde sale?", de fecha 28 de febrero de 2005, http://charlatanes.blogspot.com/2005_02_01_charlatanes_archive.html

hace usted un comentario tendencioso citando un artículo de la revista Mas Allá que califica usted como "trozo de oratez" y "colección de majaderías". Como soy el autor de dicho articulo quiero dejar bien claro y me asiste el derecho a replicar que su cita supe una manipulación falaz y tendenciosa en apoyo de sus tesis que por otro lado comparto. Bastaba con que usted hubiera incluido delante de los tres puntos suspensivos con los que inicia la cita estas palabras mías que iniciaban el párrafo mencionado: "Según la leyenda el Grial... etc." Efectivamente, escribí "según la leyenda" y leyenda es y es una descripción objetiva lo que se ha escrito al respecto, lo cual es muy diferente de decir que el autor cree o el autor afirma, pues si hubiera usted leido detenidamente mi articulo sabría que se inicia describiendo el tráfico de reliquias medieval e ironizando sobre la autenticidad de las mismas, incluidas la leyenda del Grial sobre la que hago distinción aparte de las demás porque está salpicada de una mezcla de tradiciones orales de diversas culturas europeas. Fíjese bien que escribo tradiciones, sustantivo y con minúscula y no empleo la palabra Tradición tan querida por magufos y otros mandrias.

Espero que esta rectificación salga tambien publicada en su blog, aunque tengo mis dudas ya que todos los fundamentalismos suelen tener pautas comunes y con tal de buscar apoyos en defensa de una hipotesis parece que todo valga.

PD. Soy historiador y tengo la Tarjeta Nacional de Investigador; he investigado sobre la Caballería del Temple, pero mi linea ha sido rechazar esoterismos, tradiciones y otras tonterias, sino lo rigurosamente historico y documental. Puede usted, si le parece, seguir mis lineas de investigación al respecto en mi web: http://www.domustempli.net

Un cordial saludo, Paz + Fuerza + Gozo +

Justo A. Navarro

Bueno, pues. Primero que nada, Justo, es evidente que no tienes la más repajolera idea de cómo funciona este blog y de cómo es su autor, si no, te habrías ahorrado la estúpida insinuación de que aquí se censura a la gente como se suele hacer en los círculos esotéricos que frecuentas y en los que cobras, así como tus "dudas" insidiosas.

Y además, de leer este blog, te habrías enterado que los títulos, tarjetas, diplomas, documentos "oficiales", carnés, pasaportes, nihil obstats, patentes de corso, cartillas, salvoconductos reales y credenciales de clubes diversos no me impresionan para nada ni les doy valor intrínseco alguno.

Aclarado está, pues, que el que transcribió tales orateces y tal colección de majaderías es "Justo A. Navarro" (siempre suponiendo que el correo recibido es genuino, claro). Aclarado está también que las obtuvo de cierta "leyenda" y que él no lo cree.

Eso no "rectifica" nada, claro. Es decir, yo afirmo, confirmo, reafirmo, firmo y reitero que la descripción en cuestión (a la que me referí, porque es mentira que calificara a todo el artículo) es un trozo de oratez y una colección de majaderías por cuanto que no existe el grial y mucho menos ha sido considerado históricamente tal sarta de tonterías inventadas.

Y el hecho es que tal descripción delirante de esmeraldas luciferinas y cábalas no se encuentra en documentos de historia, sino únicamente en sitios ocultistas, esotéricos, delirantes, orates, majaderos y negociantes del misterio.

Muy distinto habría sido que yo afirmara que Justo A. Navarro decía que eso era "cierto", que no lo hice, porque ni lo mencioné (sería eso lo que lo prendió), pues mi tema eran las pendejadas que se han tartajeado sobre el grial para llegar a los desfiguros de Brown y Sierrita, no este sujeto en particular que usa la palabra "tendencioso" sin saber, obviamente, qué significa.

Yo reproduje una descripción orate y majadera del grial, informando con precisión y sin tendenciosidad ninguna que su contenido es orate y majadero y que se incluyó en una revista que tiene por misión evadir la verdad, o alterarla cuando no se puede evadir.

Ahora, Justo A. Navarro puede hacer dos cosas: a) decir que esa descripción no es orate y majadera, sino una representación precisa, cuerda y certera de la realidad del grial, o b) estar de acuerdo conmigo, en cuyo caso su "Rectificación" no tiene más sentido que el de hacerse publicidad en este blog (servido, por cierto, ahí está tu enlace, última vez que te hago publicidad, ojo, para la otra omite en tu correíto tu autobombo. Gracias).

Pero voy más allá: esa "leyenda" a la que se refiere Justo A. Navarro no existía como tal en el medievo. Los datos "griálicos" de que dispongo señalan que es un invento esotérico mamerto, tardío y convenenciero, probablemente del siglo XVIII o XIX, en el cual se pretende batir en el mismo tarro a la cábala, al grial y a otras tradiciones esotéricas (incluidas algunas hindús en ciertas versiones) para darles un barniz de credibilidad y forma de tradiciones en las que "están de acuerdo" distintas creencias, en este caso la judaica y la católica popular medieval, con objeto de venderlas mejor. En el medievo, nadie mezclaba la cábala con el cristianismo, ni mucho menos creería que el propio Cristo bebió el vino de la última cena en una copa de origen satánico relacionada falsamente con las sefiras hebreas.

Esas tonterías son posteriores a la revolución industrial, pues.

La sarta de orateces y majaderías reproducida por Justo A. Navarro, ha sido también repetida hasta el alarido por los más diversos sitios ocultistas, desde un sitio de ovnis mexicano hasta Mystery Planet de Argentina, y no recuerdo de dónde la saqué, pero no había leído el artículo completo de Navarro, que me parece ahora aún más alarmante, por cuanto tiene el enorme atrevimiento de decir lo siguiente: "Wolfram von Eschenbach, que escribió el Parsifal en el siglo XIII, afirma sin lugar a dudas que el Grial era una piedra a la que llama lapsit exillis, que procedía de la Corona de Lucifer y la relaciona con la caída de los ángeles".

Esto es otra mentira. Como dijimos en la entrada del grial, Von Eschenbach señala en su Parsifal que el grial es una piedra y no un plato, piedra a la que llama lapsit exillis lo cual probablemente es una deformación de lapis lapsus ex caelis, que significa "una piedra que cae del cielo", pero en dicha novela la "corona de Lucifer" y la caída de los ángeles no aparecen (la que cae del cielo es la piedra, que por cierto según Von Eschenbach es de jacinto granate, ni palabra de la esmeralda de hace rato). O sea que "sin lugar a dudas" falsea los hechos.

¿Rectificará don Justo A. Navarro al respecto de esta falsa atribución a una novela que cualquiera puede comprar en su librería de confianza (me divierte más Chretien, pero...)?

Bueno, respecto al párrafo no rectificado, ni siquiera pienso meterme a ver quién copió a quién (o quién usó de fuente a quién, porque un historiador, supone uno, va más allá de las búsquedas en Google), porque la redacción del cuento de la esmeralda satánica y los ángeles picapedreros es sumamente similar en sitios anteriores a la publicación del articulillo en Más allá (de la bobería), pero sí pediría de la manera más atenta, cordial, respetuosa, educada, considerada y amable que Justo A. Navarro comparta con los lectores de este blog las fuentes históricas, manuscritos, documentos y referencias medievales que sustentan que esa sarta de orateces pertenece a "la leyenda" del Grial o a las "tradiciones de culturas europeas" y no a los escritos esotéricos tardíos, fantasiosos, interesados pero no legendarios de autores como Guénon y, si mucho me apura, el farsantazo Crowley. Y ya encarrerado, que me explique en qué textos hebreos cabalísticos se afirma que Lucifer, el ángel caído, es la séfira Kether, porque eso no se sostiene tampoco según los datos que he podido obtener en estos días.

En resumen, Justo, publico tu rollete porque creo en la libre expresión (a diferencia de las revistas en las que publicas), pero no lo acepto como "rectificación" por cuanto que no se te atribuyó nada falso (ni se te mencionó) y porque lo transcrito es, categóricamente, una oratez y una colección de majaderías que sólo se encuentra en antros de la calaña de Más allá (del buen gusto), lo que se demuestra buscando en Google dónde aparecen tales fumadas, y que se usa para vender el cuento del grial, provenga de la leyenda medieval (lo dudo), de los cuentos de los esotéricos gnósticos del XIX, de un correo electrónico enviado por Bafomet a Mistinguette o de las confesiones de un conejo mariguano recogidas en el London Sun. Es irrelevante.

Y añado que un historiador serio mal hace en publicar en revistejas como Más allá (de la inteligencia), porque no hace sino darle vuelo a los vendedores de esoterismo, como se ve por la reproducción de su artículo en medio mundo. Una cosa es afirmar que uno no defiende al ocultismo y otra es darle combustible a los ocultistas con tarifa para que sigan depredando incautos.

Y finalizo diciendo que tampoco me parece muy confiable un "historiador" que cree ciegamente en la supuesta equidistancia de San Bartolomé de Ucero y los Cabos de Creus y de Finisterre y lo repite a lo tonto (aunque diga que la explicación a la maravillosa ubicación del convento de Ucero no sea "magufa", palabra que usa con frecuencia), sin haber acudido a los datos que demuestran que es una camama de Juan G. Atienza, cuyas teorías ilustra entusiasta como si tuvieran alguna fiabilidad, trola también repetida por Íker Jiménez Elizari "er niño de las fantasmas" y que por tanto no hay que buscar explicación alguna porque el hecho, tal como se presenta y como repite sin dudarlo Navarro, es falso.

(Como siempre, si el correo que recibí no procede de Justo A. Navarro, el verdadero Justo A. Navarro tiene a su disposición los encabezados completos del mensaje para emprender las acciones pertinentes contra quien lo haya suplantado, porque en mal sitio lo ha dejado.)